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jueves, 14 de julio de 2011



Que absurdo destino…
       Que coincidencia de la vida…
              Que casualidad me tocó atravesar…
                                                                  
                                                                       Cuando resolví este caso supuse que sería sencillo, pero no estaba en lo cierto, mi corazón intuía algo doloroso.
Eran las siete y cuarenta y cinco de la mañana cuando me dirigía a Seat 1210, una mujer llamada Malvina Sherk fue asesinada en marzo de 2002, aparentemente por alguna persona de su círculo íntimo, cuando su esposo no se encontraba en la casa porque se había ido el fin de semana a un viaje de negocios.
Fue ahí cuando realicé el allanamiento con mis dos compañeros de policía científica, Mark y Matt. Su marido John Crose negaba todo lo que le preguntaba:
-          ¿Vió algún movimiento raro en estos últimos días?
-          No, no estuve este fin de semana en casa.
-          ¿Vivía alguna otra persona que usted?
-          No.
-          ¿A qué hora y día volvió usted, John Crose?
-          El lunes a las siete AM.
Entonces decidir a buscar pistas. Lo mas lógico es que si entraron a robar la cerradura estaría forzada, pero no fue así.
-          ¡Oh! Que sorpresa, que sensación escalofriante me ocurrió al ver a esa mujer tan bella, rubia de cabellos lacios muerta en el piso. Algo me paralizó, creí que no iba a poder continuar, pero una fuerza extraña me impulsó a seguir con ímpetu y con dolor logré tomar dicho caso.
Malvina fue trasladada a la morgue judicial, donde le practicaron la autopsia, para ver como fue asesinada. Desde ahí pudimos saber que fue acuchillada en la parte izquierda del cuello.
Cuando llegamos a la casa estaba completamente limpia, por lo cual el asesino había borrado todo tipo de evidencia o prueba que lo complicaría.
 Empezamos a revisar los cuchillos de la casa. La prueba del luminol nos ayudó a determinar que había rastros de sangre en uno de ellos por más limpio que esté. Su marido lo negaba todo:
-          No puede haber sangre en ese cuchillo.
Lo miré, pero no dí más diálogo a esta situación. Siguiendo con el crimen determiné una hipótesis: la sangre que detectó el luminol podía ser humana. Pasado un mes, con mis compañeros tuvimos el resultado. El ADN confirmó que la sangre era humana e incluso de Sherk.
Aún necesitaba mas pruebas para comprobar quien fue el asesino.
El dormitorio matrimonial estaba completamente limpio y ordenado y la ventana que daba frente a la cama estaba abierta.
Nuevamente el luminol detecta manchas de sangre en el piso desde dicha habitación  hasta el living, donde se encontró a la victima. Continuando con el allanamiento encontramos huellas de algún calzado en el barro que da al jardín, seguido a la ventana.
Supusimos que el asesino pudo haber entrado por dicha ventana.
Luego se encontró en el canasto de la basura una bolsa que tenía un par de zapatos con barro.
Evidentemente empezamos a comprender el caso y descubrimos que las pistas encontradas empezaban a tener un enfoque distinto a dicho crimen.
Se comprobó también que John Crose no había llegado el lunes a las siete a su hogar, como él había declarado.
La empresa Aerolíneas Argentinas confirmó que John Crose había regresado a las siete y cuarenta y cinco PM del domingo con el vuelo B 54 procedente de Miami en Estados Unidos. Pudimos, también determinar que los zapatos encontrados en la bolsa en el cesto de la basura eran de John. Una foto encontrada en el living, en un modular lo condenaba. En ella estaba Malvina con John cuando se habían casado, donde evidenciaba que el calzado era de John.
La justicia ordenó llevar a declarar e interrogar a John a tribunales.
-          John no tienes escapatoria, declárate culpable, las pruebas hablan por sí solas.
Guardó silencio durante vario días, hasta que arrepentido pidió declarar nuevamente.
-          No creí que ustedes me podrían descubrir, realmente no quería matarla, pues una discusión entre los dos me impulsó a hacerlo, estaba descontrolado. Estoy verdaderamente arrepentido, maté a una persona muy buena y bonita.
Crose fue condenado a pasar treinta y cinco años de prisión efectiva.
-          ¿Por qué dije al principio de este cuento, todas esas palabras? Porque esa mujer bella, joven, de cabellos rubios y lacios, muerta en el piso, me recordó a la misma escena que me tocó vivir hace diez años atrás con la muerte de mi hermosa hermana Lissy Libert.
Una vez más el destino me desafió y puso a prueba  a mi profesionalismo, combinándolo con el dolor y la angustia.

Que absurdo destino…
       Que coincidencia de la vida…
              Que casualidad me tocó atravesar…   

   




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Aclaracion Robert Libert es el personal a cargo del caso.

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